La plataforma ideal

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Luis Mayoral
por Luis Mayoral
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Hace unos días Paul Stamatiou, diseñador en Twitter, escribió un post titulado “Android is better”, donde cuenta cómo en apenas tres meses desde que empezó a usar primero un LG Nexus 4 y después un Samsung Galaxy S4 Google Edition acabó por vender su iPhone y su iPad y convertirse en defensor a ultranza de los paradigmas de Android y sus ventajas frente a los de iOS.

Entre todas las respuestas que generó esta entrada una de las que más me gustó fue “Google blindness” de Marco Arment, el creador de Instapaper.

Una de las cosas que me gustaría destacar la entrada de Arment es algo que ya ha tratado en el pasado en entradas como “Be your own platform” y “Own your identity”: Es muy peligroso dejar toda tu identidad online en manos de un único proveedor. La “ventaja” de una experiencia más integrada nos deja completamente vendidos a las exigencias del propietario de la plataforma, ya sea Apple, Google, Microsoft o quien quiera, y a expensas de que en el momento menos pensado se produzcan cambios o cancelaciones de servicio de forma unilateral.

Otra cosa en la que coincido con la visión de Arment es: en este preciso momento, y en mi caso concreto, la plataforma ideal de desarrollo para móviles es iOS. Pero puede que en este preciso momento, y en tu caso concreto, la plataforma ideal sea Android. O Windows Mobile. O incluso BlackBerry 10. Cada uno tenemos nuestras preferencias, cada uno nos movemos más cómodos en unos entornos, y todo esto nos hará decantarnos por una cosa o por otra.

Como en muchas cosas en esta vida, lo importante es no convertirnos en fanáticos de ninguna de ellas, y que procuremos mantener la mente lo más abierta posible al cambio. Que no perdamos en ningún momento de vista la evolución que sufren cada una de ellas. Puede que dentro de un año salga una plataforma nueva y nos resulte interesante cambiarnos. O que alguna de las que ya existen mejore hasta el punto que nos merezca la pena migrar.

Los cambios siempre son bienvenidos. Aunque casi siempre suponen un esfuerzo por nuestra parte. Pero son fundamentales para crecer, como profesional, y también como persona.